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En la historia del Xiphophorus helleri abundan los reportes sobre el cambio de sexo en hembras de la especie. Muchos relatos y rumores acerca de hembras que se transforman espontáneamente en machos, y demasiada palabra escrita oficiando de recordatorio de los tan mentados cambios de sexo.

Por cambio de sexo debe entenderse que una hembra espada –que ya ha sido madre- cambie por completo, interna y externamente, sus características sexuales.

Llevo largos años en la crianza de Xiphophorus helleri cumpliendo un seguimiento muy cercano de las poblaciones de las diferentes variedades que cultivo.

He observado el desarrollo de mis espadas en diversas aguas, a diferentes temperaturas, en acuarios colmados o escasamente poblados, en grupos de hembras aislados deliberadamente, y nunca se produjo un cambio de sexo espontáneo de hembras a machos.

Cambios en los caracteres sexuales secundarios ocurren a veces en hembras muy adultas. Se espesa y se extiende la aleta anal y se aprecia un cierto desarrollo de la aleta caudal, y dejan de reproducirse por su edad avanzada.

Tenemos entonces una masculinización y no un cambio de sexo.

En algunas poblaciones salvajes, los machos alcanzan la madurez sexual después de los dos años de vida. Lo mismo sucede a menudo con ejemplares de mi criadero. Enormes machos inmaduros –que presentan sutiles diferencias que los distinguen de una hembra- pueden funcionar como reproductores después de cumplido el segundo o tercer año. Una maduración sexual tan lenta podría eventualmente confundir al criador de turno, que podría calificarlos como hembras que se transforman espontáneamente en machos.

Macho próximo a los dos años, sexualmente inmaduro.

No ha habido hasta ahora ninguna evidencia absoluta de cambio funcional de sexo de hembras a machos.

No hay pruebas fehacientes de hembras que –habiendo probado su condición de tales dando a luz- hubieran luego sufrido masculinización espontánea, y hayan sido capaces de funcionar como machos acoplándose con una hembra virgen que posteriormente haya parido.

Mientras no se pruebe lo contrario, el cambio de sexo en Xiphophorus helleri seguirá siendo puro cuento.